Alergias
¿Qué es la alergia a los antibióticos?

En nuestras sociedades es muy importante la presencia de los antibióticos como cura de muchas enfermedades corrientes. De hecho, estamos tan acostumbrados a ellos, que sería casi imposible, ahora, vivir sin ellos. Y es que los medicamentos antibióticos han revolucionado la forma de tratar las infecciones y enfermedades, ayudando a las personas ha tener mejor salud, más calidad de vida y a vivir más tiempo. Sin embargo, estos medicamentos son un problema para una minoría de las personas, las cuales presentan reacciones alérgicas a ellos.
Es cierto que aunque tengamos una alergia a un antibiótico, se pueden usar otros con los mismos fines y con las mismas funciones, siendo la alergia sólo un problema cuando se trata de algún antibiótico muy importante o muy usado como puede ser la penicilina.
Las familias de antibióticos que más se usan en nuestra sociedad y a las que más personas han desarrollado reacciones alérgicas son las siguientes:
– Penicilina: elaborados con la ayuda de hongos. Los medicamentos más importantes de esta familia son la amoxicilina, al bacampicilina, la cloxacilina y la metampicilina, entre otros.
– Cefalosporinas: estos medicamentos son totalmente sintéticos y las personas que presentan alergia a la penicilina, a los anteriormente descritos, suelen también presentarla en estos. Algunos de los medicamentos más usados de esta familia son la cefalexina, la cefazolina, la cefapirina y el cefamandol, entre otros.
– Aminoglucísidos: medicamentos con menos reacciones alérgicas, pero deben ser usados con mucho cuidado y bajo la supervisión de un médico.
– Tetraciclinas: son medicamentos ideales para tratar las infecciones de boca, en los pulmones y las que se producen por bacterias extrañas o poco conocidas. Estos medicamentos no son aconsejados para los menores de 16 años.
Estos son sólo algunos de la gran cantidad de antibióticos que tenemos en nuestra sociedad y, por ello, la persona que tenga una alergia a uno de ellos no debe preocuparse, puesto que podrá ser tratada con otros igual de efectivos. Sin embargo, sí es muy importante el poder diagnosticar la alergia al antibiótico para evitar que este se siga suministrando a la persona, pudiendo, luego sí, causarle más problemas y reacciones alérgicas más severas.
Síntomas y Tratamientos

Las reacciones alérgicas a los antibióticos suelen darse, mayoritariamente, a la familia de los beta-lactámicos y tienen dos niveles de intensidad. Las primeras reacciones alérgicas son simples, ya que no representan un problema para la vida de la persona. Estos síntomas aparecen después de unos minutos de haber tomado el medicamento y desaparecen unas 24 horas después de haberlo tomado por última vez. Suelen presentarse cuando la cantidad de medicamento a la que hemos sido expuestos ha sido mínima. Los síntomas de estas reacciones alérgicas menores a los antibióticos son:
– Enrojecimiento y manchas en la piel, ya sea en todo el cuerpo o centralizadas en los brazos, manos o piernas. Este enrojecimiento suele ser molesto por la picazón que lleva asociado.
– Ronchas o granitos en forma de erupción cutánea con o sin escozor.
– Hinchazón molesta en los labios, en los párpados, en la lengua y en la cara.
– Ligera inflamación en el cuello, las manos, los brazos y las piernas.
– Dificultad para respirar, sobretodo si se acompaña con sibilancias o voz ronca. Cuando tengamos problemas para respirar, sean leves o graves, deberíamos irnos directamente al hospital más cercano, sin importar si el resto de los síntomas son leves o graves.
Todos estos síntomas deben ser avisados al médico para que este nos pueda facilitar los medicamentos necesarios para aliviarlos. Es obvio que, en caso de que se presente estos síntomas en el momento de empezar a tomar un antibiótico, será necesario suspender la administración inmediatamente y acudir al médico.
Este valorará los síntomas alérgicos que presentemos y nos recetará los antihistamínicos y los corticoides para aliviar estos síntomas, a la vez que nos cambiará el tipo de antibiótico por otro al que no presentemos reacciones alérgicas.
Sin embargo, existen otras reacciones alérgicas más graves, las cuales también son menos frecuentes. Estas reacciones deben ser notificadas de inmediato a nuestro médico puesto que es un riesgo para nuestra vida, ya que si no hay ningún tipo de intervención, puede causar la muerte de la persona en sólo unos minutos. La más grave es el choque anafiláctico.
Esta reacción puede aparecer desde los 5 minutos después de la toma del medicamento hasta 2 horas más tarde. Los síntomas de esta reacción alérgica tan peligrosa son:
– Dificultad para respirar.
– Piel enrojecida, granitos.
– Sensación de aturdimiento, cansancio
– Confusión
– Vómitos
– Mareos
– Diarrea
– Desmayos
– Dolor en el abdomen acompañado o no de calambres
En el caso de padecer una alergia a uno de los antibióticos que estemos tomando, la persona afectada deberá dirigirse directamente a urgencias para que pueda ser valorada lo antes posible y, aún más, si se presentan síntomas de choque anafiláctico. Un diagnostico rápido, aunque sea de los síntomas más leves, puede ayudarnos a tratarlos de inmediato y evitar una reacción más grave.
Consejos

En caso de reacciones alérgicas leves o moderadas, tanto los médicos, como los pacientes y las personas cercanas a los pacientes deben tener en cuenta los siguientes puntos:
– Calmar al paciente, ya que la ansiedad sólo le producirá más problemas a la hora de respirar
– Identificar el antibiótico que ha provocado la reacción alérgica y su grupo. Será importante que presentemos la caja al médico si es posible.
– Aplicar compresas de agua fría en las zonas en las que el paciente presente erupciones, granitos o manchas.
– Identificar si los síntomas aumentan con el fin de contactar de nuevo con el médico si es el caso o bien llevar la persona afectada directamente a urgencias.
– Seguir las instrucciones que nos haya dado el médico después de habernos visitado y seguir los tratamientos con corticoides o bien antihistamínicos que nos haya recetado. Avisarlo de nuevo en el caso de que los síntomas no disminuyan.
En el caso de una reacción severa o choque anafiláctico, será necesario que la persona afectada así como las de su alrededor sigan los siguientes consejos:
– Calmar a la persona que lo esta sufriendo para no empeorar los síntomas de este.
– Identificar el medicamento que ha causado esta reacción y llevarlo al médico cuando vayamos a urgencias para que le sea más fácil identificarlo e iniciar el proceso médico necesario.
– Examinas las vías respiratorias y pulso de la persona con el choque para ver que se mantienen constantes.
– Intentar que el paciente no pierda el conocimiento: acostarlo boca arriba con las piernas levantadas y cubrirlo con un abrigo o manta.
– Si tenemos un medicamento para este tipo de emergencias, porqué el paciente ya haya padecido anteriormente otras reacciones alérgicas, inyectarlo al paciente.
A partir de aquí deberá ser el equipo médico el que haga lo que considere necesario para poder alivar los síntomas y reducir las consecuencias de este choque anafiláctico.
A partir del momento en el que hayamos sido diagnosticados con alergia a cualquier tipo de medicamento, ya sea antibiótico u otro, será necesario que llevemos una pulsera o una tarjeta identificativa con nosotros y que en ella conste que tenemos alergia al mencionado medicamento; esto nos servirá para que los equipos médicos que nos tengan que atender, en caso de un accidente, sepan qué medicamentos nos pueden suministrar y cuales no.
Del mismo modo, cada vez que vayamos a un médico para cualquier problema, deberemos informarle de la alergia a este medicamento y la familia a la que pertenece para que no nos lo recete ni a ninguno de la familia. Igual sucederá con nuestro farmacéutico o con cualquier otro con el que nos encontremos cuando vayamos a buscar cualquier medicamento, aunque sea sin receta médica, ya que así evitaremos otros medicamentos menores que puedan tener un derivado de este y nos vuelvan a causar la alergia.
Todos los médicos deberán estar avisado de ello y deberán tenerlo anotado en nuestro expediente, pero no está de más que cada vez que vayamos a la consulta, por cualquier motivo, y nos receten un medicamento les recordemos esta alergia, puesto que ellos no pueden acordarse de todos sus pacientes. El hecho de tener una alergia a un antibiótico no nos complicará la vida pero si deberemos pensar en ello cada vez que vayamos a un médico, sin importar la gravedad del motivo por el que vayamos.
Además, las personas que tienen alergia a un antibiótico suelen tenerlo a todos los que componen la familia, por ello, esta persona deberá estar informada sobre todos los medicamentos que entran en esta familia y el nombre de la familia, por si algun medico nos lo pregunta. Como los nombres de los medicamentos suelen ser difíciles de recordar y, más de sus sustancias, por ello deberemos usar las joyas o las tarjetas de medicamentos como se conocen. De esta manera siempre tendremos los nombres a mano para cuando nos lo pregunten y podremos evitar ser tratados de nuevo con el mismo medicamento o con otro de la misma familia pero con distinto nombre que nosotros no podremos reconocer.